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Entonación

¿Puedo cambiar el timbre de mi piano? ¡Claro que sí! Puedes hacerlo más brillante o más dulce, con más o menos volumen… el límite lo pone el piano.

Cada piano tiene su timbre característico, unos son más cálidos y dulces, otros más cristalinos y metálicos…  incluso hablando del mismo modelo, uno no suena igual que otro. La entonación o armonización consiste en el ajuste del timbre, al igual que lo hace un ecualizador en un equipo de sonido.

Un piano debe poder sonar desde suave y dulce hasta fuerte y brillante.  Con el uso y el paso del tiempo esta capacidad se va perdiendo. Se debe principalmente a la compactación y desgaste de los macillos, lo que genera normalmente un sonido metálico, pérdida de expresividad y de sonar suave y dulce…

Es el paso final en la puesta a punto de un piano y depende directamente de la afinación, del ajuste mecánico, la forma y acople del macillo a las cuerdas… tareas que siempre se realizarán antes de proceder con la armonización, que normalmente se hace clavando agujas en el macillo para modificar sus puntos de tensión.

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¿Qué influye en el timbre?

El diseño, construcción y materiales del piano es lo que lo define. El desajuste mecánico, la compactación y desgaste de fieltros, el envejecimiento de cuerdas, cambios estructurales del piano… todo ello va provocando cambios en el sonido final.

La acústica de la habitación es de suma importancia. Paredes lisas, ventanas, suelos de baldosa… son materiales que reflejan el sonido provocando que el piano suene más potente y metálico, incluso llegando a ensuciarse el sonido por la cantidad de rebotes. Por el contrario, alfombras, cortinas o muebles ayudan en gran medida a absorber las ondas sonoras y por tanto, que el sonido final sea más dulce y definido.

¿Tengo que cambiar los macillos?

Como sucede con la mecánica y la afinación, el ajuste tímbrico se puede modificar según el  gusto y necesidad, pudiendo obtener un piano que suene más dulce o más brillante, con más o menos volumen… y esto se puede lograr con cualquier macillo, incluso con los de baja calidad.

Solo con macillos de baja calidad o con aquellos que estén muy desgastados nos encontraremos ante el problema de que están limitados en su rango dinámico: o bien no podremos hacer pianísimos o bien no podremos destacar ciertos pasajes o sacar toda la potencia sonora sin dejarnos los dedos en el intento. Si ha llegado ese punto, sí es necesario el cambio de macillos y así lograr un mayor rango dinámico y sustain que ofrecen unos nuevos.

A la hora de escoger unos nuevos hay varias opciones para escoger un tipo de sonido u otro. Va a depender de densidades y tipo de fieltro, madera del núcleo… y del tamaño y peso, muy importante sobre todo en pianos de cola.

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