El piano es un instrumento que necesita un mantenimiento continuo si queremos mantener sus capacidades sonoras y que su vida útil sea lo más larga posible. Se centra en la afinación, regulación, entonación y limpieza.
El mayor problema de un mantenimiento deficiente se centra en el cuerpo acústico, formado por las cuerdas, clavijero, collarines, puentes, tabla armónica, plancha de hierro, costillas… ya que su estructura soporta unas 20 toneladas de tensión, unos 90 kg por cuerda. El conjunto de estos elementos está diseñado para estar sometido a cierta tensión, y de tener una tensión menor o mayor se ocasionarán problemas de roturas, fisuras, desencolados… y aunque en prácticamente todos los casos tienen solución, ésta suele ser costosa en cuanto a tiempo y dinero.
Los desajustes mecánicos no tienen mayor relevancia, pues con una regulación completa (y sustitución de piezas si fuese necesario) el problema está solventado.
La limpieza es otra parte fundamental. Tanto para la mecánica como para el sonido y conservación del instrumento. El polvo acumula humedad, con los problemas que ello conlleva. También es importante para detectar posibles plagas, sobre todo de polilla o carcoma.
En realidad el mantenimiento del piano depende de muchos factores: su frecuencia de uso, la climatología, el estado del instrumento, las exigencias del pianista, los cambios de lugar…
Por ejemplo, los pianos de concierto se regulan, afinan y entonan siempre antes de un concierto, e incluso durante el descanso de éste se hacen retoques en la afinación si fuese necesario
Si el piano se usa unas 5 horas a la semana con una afinación anual es suficiente para conservar el buen estado del instrumento, aunque lo ideal es realizarla semestralmente. Si el uso es menor o nulo, el piano debe afinarse igualmente, puesto que no hacerlo podría suponer daños en la tabla armónica, puentes…reparaciones costosas que se evitarían con una afinación de mantenimiento cada 18-24 meses.
Con un uso normal, la regulación y entonación se deben realizar cada 3 ó 4 años.
Con un uso intensivo de más de 4 horas diarias (escuelas, conservatorios…) los pianos deben ser afinados cada 3 ó 4 meses y regulados anualmente.