Es un dispositivo mediante el cual añadimos a nuestro piano las características de uno digital, y además con la pulsación de una mecánica de verdad. ¿Su principal ventaja? Poder tocar sin ser escuchados.
Mediante una palanca o botón activamos el sistema y una barra se interpone entre los macillos y las cuerdas, impidiendo que lleguen a golpearlas. Unos sensores debajo de las teclas y en los pedales se encargan captar todo lo que estamos tocando y lo envían a la consola, donde podemos conectar unos auriculares, altavoces, grabarnos, activar el metrónomo, diferentes efectos y sonidos, conexión con el móvil…
Se instala a domicilio y en prácticamente cualquier piano, tanto vertical como de cola.