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Temperatura y humedad

Mantener todo estable

La atmósfera ideal para un piano es aquella que carezca de corrientes, con una humedad relativa del 50% y una temperatura ambiente de 5 grados centígrados.

¡Qué frío! Por suerte, la temperatura no es de gran importancia a no ser que haya cambios bruscos. Si tú estás a gusto, el piano estará a gusto.

Por regla general en Galicia, excepto en algunas zonas del interior y parte de la provincia de Ourense, la humedad es alta durante todo el año, y mantenerla por debajo del 50-60% en ocasiones es complicado. El material principal del que está hecho un piano es la madera, por esa razón le afecta tanto. También las partes metálicas, fieltros, encolados o el acabado exterior son susceptibles a los cambios climáticos.

El primer paso para controlarla es la correcta ubicación del piano. Disponer de un higrómetro nos será de gran ayuda para ver cómo varía y en función de ello tomar medidas.

Una buena ventilación (evitando las corrientes de aire hacia el piano) también nos ayudará.

Un deshumidificador puede ser un gran aliado, pero éste ha de controlarse y nunca ponerse a menos de 1 metro del piano. Su uso debe ser continuo, de lo contrario generaremos grandes diferencias de humedad, lo que es peor que un exceso de la misma.

La calefacción, y en especial los sistemas de aire acondicionado, han de usarse con precaución, pues bajan la humedad rápidamente.

Los humidificadores son un aliado para incrementarla, pero pasa lo mismo que con los sistemas anteriores, varían rápidamente el porcentaje de humedad.

Por tanto, el uso de cualquier sistema, ha de ser controlado y continuo, de forma que mantengamos la temperatura y humedad lo más constantes posibles.

Si queremos despreocuparnos un poco más, existe un sistema de control de humedad específico para pianos, el Piano Life Saver (Dampp Chaser).

Saber más:

¿Cómo afecta la temperatura y humedad a mi piano?

Como decía, la temperatura no afecta demasiado mientras los cambios no sean bruscos, pues las partes metálicas se dilatan y contraen. Un cambio brusco puede provocar condensación, y ésta va a ir a parar a las zonas más frías: las cuerdas, clavijas… También con temperaturas por debajo de 0º pueden aparecer problemas por las colas y pegamentos.

La humedad es más peligrosa:

Si el piano está sometido a una humedad superior al 60% se derivarán problemas relacionados con la hinchazón de la madera y fieltros, provocando desajustes mecánicos, gripaje de ejes, oxidación de partes metálicas, subida del tono de afinación…

Si el piano por el contrario está expuesto a humedades muy bajas, por debajo del 40%, la contracción de la madera es evidente y encontraremos problemas similares que con una humedad alta: desajustes mecánicos, holguras, posibilidad de agrietamiento de la tabla armónica, bajada del tono de afinación…

Entonces, ¿cómo afectan a la afinación?

La tabla armónica, que tiene forma convexa y presiona los puentes contra las cuerdas, es el elemento que antes sufre los efectos de la humedad.

Cuando la humedad aumenta, las maderas se expanden, y la curvatura de la tabla armónica aumenta, lo que provoca que se tensen más las cuerdas, y por tanto, sube el tono de la afinación. Cuando la humedad baja ocurre exactamente lo contrario, la tabla se contrae y las cuerdas se destensan. Además no lo hace igual por todas las zonas del piano.

Por tanto, podemos afirmar que la afinación se mantendrá estable solo si la humedad la mantenemos constante. Esta es una de las principales razones por las que se desafina un piano, se toque o no.

Para que la temperatura afecte, el cambio ha de ser grande. Esto lo notamos principalmente cuando el piano está en exteriores, pues las cuerdas se dilatan y contraen.

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