El piano es un instrumento que necesita un mantenimiento continuo si queremos que su vida útil sea lo más larga posible. "Un piano con un buen mantenimiento durará cientos de años".
Debemos recordar que su estructura soporta unas 20 toneladas de tensión, unos 90 kg por cuerda. Con el paso del tiempo, esta tensión va disminuyendo afectando a las diferentes partes del piano. Los desajustes mecánicos no tienen mayor relevancia, pues con una regulación completa (y sustitución de piezas si fuese necesario) el problema está solventado.
El mayor problema de un mantenimiento deficiente se centra en el cuerpo acústico, formado por las cuerdas, clavijero, collarines, puentes, tabla armónica, plancha de hierro, costillas...el conjunto de estos elementos está diseñado para estar sometido a cierta tensión, y de tener una tensión menor o mayor se ocasionarán problemas de roturas, fisuras, desencolados...y aunque en prácticamente todos los casos tienen solución, ésta suele ser costosa en cuanto a tiempo y dinero.
Por ello, me gusta ofrecer a mis clientes la posibilidad de realizar un contrato de mantenimiento personalizado, para que su piano siempre se encuentre en condiciones óptimas. El mantenimiento es personalizado ya que el piano de un estudiante que está comenzando su formación no necesita los mismos cuidados y exigencias que un piano de conservatorio o de un concertista profesional.
Un mantenimiento básico se centra en la regulación, una afinación anual, la limpieza a fondo del piano, el cambio de cuerdas rotas, así como asistencia ante cualquier imprevisto, todo ello con una cuota anual fija.
